Desde el origen mismo de la humanidad buscamos juntarnos: unirnos con el otro, comprometernos en nuestras vidas, iniciar un camino común de renovación de nuestra sangre y nuestros valores.
De aquellos tiempos, también provienen las ceremonias que fortalecen y celebran esas uniones. Momentos ceremoniales inolvidables, ritos y ceremonias únicas, cuya existencia representa el inicio de un nuevo núcleo humano, continuador de linajes ancestrales, de tradiciones, de costumbres, de formas de ser, de formas de hacer.
Símbolo profundo que consolida la unión, nuestra boda es un momento festivo que reafirma nuestro compromiso y nuestra cierta intención de disfrutar en familia cada día de nuestras vidas viendo a nuestros padres jugar con sus nietos, a nuestros hijos cerebrar nuevas uniones, y nuestros nietos jugar con sus abuelos.
Convencidos del amor que nos profesamos, nos disponemos a transmitir nuestros valores, continuar nuestras costumbres, y compartir nuestra felicidad.
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